miércoles, 17 de febrero de 2016

HABLAN Y HABLAN

En estos días NO HAY tema más importante que el de los dos infelices titiriteros , no los voy a defender ni mucho menos, creo que no era una función adecuada para nadie. O quizá para alguien interesado en machacar al recién aterrizado gobierno del Ayuntamiento de Madrid, era lo más apropiado, vete tú a saber. Qué mal pensada soy.

Tampoco me mencionaré la famosa cabalgata de Reyes, sólo que fue un poco atípica, nos cuesta cambiar de costumbres (pobres camellos y ocas este año, se han quedado en casa).

Nos cuesta cambiar de costumbres, nos cuesta cambiar el chip pero estoy convencida que poco a poco lo iremos haciendo, no nos queda otra, si queremos hacer realidad ese cambio, si queremos que nuestra ciudad sea nuestra ciudad y no de  grupos empresariales  “chinos” o de Entidades Bancarias.

Hablan y hablan de la señora Carmena, hablan y hablan del equipo de la señora Alcaldesa, algunos, hasta se permiten el lujo en alguna emisora de radio de cuyo nombre no quiero acordarme, en recordarle un día si otro también que las abuelitas sólo tienen que preocuparse de sus pastillitas y quedarse en casa cuidando a sus nietecitos.

En fin dicen, hay refrán muy sabio que dice: “que el que ríe el último, ríe mejor…”

Hablan y hablan, pues yo también voy hablar pero voy a cambiar de tercio (ay, ay, perdón…) me gustaría hablar de nuestra flamante Presidenta de la Comunidad de Madrid y contaros  una historia que está sucediendo en estos momentos.

Mila y yo nos conocimos paseando a los perros, es lo que tiene tener mascota,  hablas con mucha gente. Fuimos coincidiendo y bueno ahora somos buenas amigas. En uno de nuestros famosos paseos, me conto que su situación era casi insostenible, su madre enferma de  alzhéimer no tuvo más remido que ingresar en una Residencia Privada en la población  de Pozuelo, ella, Mila,  operada de cáncer y otras cosas más que la impiden trabajar, espera pasar el tribunal médico y los meses caen como el agua y el pago de la residencia es ya insostenible. El colchoncillo se ha agotado, me dice. Lo más gracioso, vuelve a comentar,  es que cumple los requisitos para ser ingresada en una Residencia de la Comunidad de Madrid y ha día de hoy no tengo noticias. La valoraron en Febrero de 2015 con un 3er grado por lo visto es lo máximo y con un 93,3% de dependencia.

La vida de Milagros desde Abril de 2015  es un constante peregrinar  a los Organismos Oficiales de nuestra Comunidad de Madrid, trayéndose a casa siempre la misma respuesta “aquí no podemos ayudarte, mañana,  vete a ver…… tal vez,  ellos pueden decirte algo”.

Milagros, una vez más, llega a su casa con la misma sensación. La sensación de que la han oído pero que ninguno la ha escuchado, impotente  de  no conseguir ver a su madre cerca de su domicilio.

Hablan y hablan de la gestión tan nefasta del equipo de la señora Carmena, hablan y hablan de la incompetencia del equipo de la señora Carmena, hablan y hablan ….

A mí para que negarlo también me gusta hablar, me da igual de qué, me gusta, que le voy hacer (como dicen eres una máquina de hacer palabras) pues de nuevo hablo y quiero decirle desde este modesto blog, Sra. Cifuentes, eche una mano a esta madre y a esta hija, no tienen a nadie más y me da en la nariz que no les queda demasiado tiempo para estar juntas. Tiene su plaza en alguna Residencia cerca del domicilio de su hija, pero su equipo no voy a meterme si es o no competente, no son capaces, de ayudar a Milagros a encontrar una solución, de encontrar una alternativa, no son capaces Sra. Cifuentes. 

Dejen de hablar y hablar y actúe más, se lo vamos agradecer.