Este es un titulo algo inusual para la nueva entrada de mi Blog, pero que el lector o lectora, entenderá.
Dice un refrán muy castellano “Que no ofende el que quiere sino el que puede” y a mí como de costumbre, me resbala. Gracias a no sé muy bien a quién, aunque de espalda algo estrecha, procuro siempre llevarla impregnada de PROTECTOR contra estos tipos de improperios,
Pero hay temas como el que voy a exponer en un momento, que incomodan y incomodan porque no queremos verlo, porque quizá nos pillan demasiado lejos y quizá sólo a lo mejor no vende la Marca España, y es mejor obviarlos, hacer como el avestruz, Pero la realidad es muy distinta existe, está ahí, está en la calle, en los colegios, en los domicilios particulares de gente totalmente anónima, pero nos gusta hacer más demagogia presentar datos que en mi modesta opinión ni se entienden y que no valen para nada, porque por lo general están amañados, hasta en algunos casos están desvirtuados.
Por eso quiero hablar de la desnutrición que en estos momentos y de algún tiempo atrás vienen sufriendo nuestros niñ@s, esos que un día serán nuestra herencia, esos que algún día tendrán un trabajo digno, esos que algún día y si esto no se arregla (soy de las que todavía no ve la luz al final del túnel) tendrán que salir “pitando” de este nuestro país.
No tengo un doctorado, ni una licenciatura ni una diplomatura, ni tengo tampoco un Módulo Superior de FP, no, no lo tengo y reconozco, que aunque de familia humilde, tenía medios para estudiar, pero preferí “pasarlo bien” y sacar un Auxiliar en FP y a otra cosa mariposa, que le vamos hacer, nadie es perfecto. Pero, lo que si os aseguro es que estoy al cabo de la calle, vivo en un barrio que siempre ha sido de trabajadores, donde siempre nos hemos ayudado los unos a los otros , es un barrio humilde, es un barrio donde los niñ@s van al colegio público eso si bilingüe (da gusto escuchar a los más chiquitines hablar inglés, con naturalidad, sin gesticular, como si fuera su lengua materna, es increíble). Pero lo más increíble es que algunos o muchos, van a sus aulas sin desayunar, van a sus aulas sin bocadillo para el recreo, van a sus aulas cansaditos, porque quizá la única comida decente que han tenido ha sido en casa de su abuela que es quien alimenta en estos momentos a toda la familia.
A mí personalmente, no me hacen falta cifras, ni estadísticas, ni enlaces, ni nada de nada, solo me fijo en ver la caritas de algunos de ellos con sus babis de cuadritos verdes o correctamente uniformados los más mayores, entrar cada mañana al cole arrastrando alguno de ellos sus piececitos. A mi vale con la palabra de mi sobrinilla una rubia de grandes ojos azules (igualita que yo je, je, je) a la que llevo religiosamente cada mañana al cole por orden expresa de ella y me cuenta durante nuestra pequeña travesía, que Ana, así se llama su profesora , les ha recogido a todos los bocadillos y los ha hecho cachitos para que los niños que se les han “olvidado” puedan comer en el recreo, a mi con esa información me basta y me sobra, no se a vosotros que os parecerá pero para mí es como se diría coloquialmente “palabra de Dios” que por otra parte si de verdad existiera se llevaría las manos a su larga barba blanca y se preguntaría qué diablos estábamos haciendo.
Me dicen que soy poco seria y algo culta ¿quizá? y yo me atrevería a decir que algo vulgar también, ¿por qué no? pero capaz de mirar de mirar a mi alrededor, soy capaz de darme cuenta de la situación tan extrema en la que viven cada vez más niñ@s sin culpa ninguna. Me hace gracia escuchar o leer (poco, por eso de la incultura) a eminencias en cuestiones de nutrición, decir, que la obesidad en España es YA un problema y más en la población infantil. Y me paro a pensar el ¿por qué? y enseguida me contesto, aplicando el sentido común que con o sin Doctorado, Licenciatura o Diplomatura, se tiene o no se tiene, y a ver qué os parece mis conclusiones que espero no estar demasiado errada.
- (A) Un paquete de spaghetti de 500 gramos viene costando 0,88 euros (sin de son de marca), paquete bacón, viene valiendo según que marca pero nunca más de 2 euros y un brick de tomate frito de también unos 500 gramos sale a 0,76 euros, postres industriales según la marca 1 á 2 euros.
- (B) Un kilo de judías verdes oscilan entre 2,99 euros y 3,50 euros, un kilogramo de filetes (de los normalitos) vienen saliendo según la oferta de la semana entre 6,99 ó 8 euros, un kilogramo de melocotones 3,50 euros.
Estos son los precios más o menos (+/-) que podréis encontrar en cualquier supermercado de barrio o grandes superficie, pueden variar, pero poco.
No hay que hacer demasiadas cuentas, para darnos cuenta que la comida 1(A) es la que más demanda tiene, es barata, nos llena el buche y si a la hora de la merienda nos encontramos hambrientos, nos metemos para el cuerpo un par de bollitos industriales que salen muy bien de precio (1 euro).
Me abochorna decir que esta es la realidad de miles de familias, los niñ@s y adultos engordan y se mal alimentan, por carecer de recursos, por carecer de un sueldo que les permita hacer sus comidas a base de aceite de oliva, carne roja, ave, pescado, verduras y fruta. ¿Obesidad? y yo contesto, sin ningún tipo de pudor, “a otro perro con ese hueso” señores míos, en este nuestro país, la dieta Mediterránea nos ha funcionado de maravilla, siempre y lo seguirá haciendo si no careciéramos de recursos económicos.
Esta, es la realidad de muchos españolitos que andamos a pie. Esta, es la realidad de muchas familias que por diversas circunstancias se ven obligados a nutrirse de cierta comida que si antes no era mala comerla de vez en cuando, ahora están obligados a sobrevivir a base de estos alimentos.
Por eso, cuando leo en algún periódico de segunda división, porque hay que leer y escuchar a todo el mundo, artículos basados en los tantos por cierto (%) que reciben Organismos Eclesiásticos y No Gubernamentales (vamos lo que viene siendo las ONG´s), y que defienden a capa y espada (los eclesiásticos por supuesto) como buen caballero español, dan ganas de decirle, mire usted a su alrededor si puede o si quiere, salga a la calle y empápese de lo realmente importante y luego hablamos de porcentajes. Salga de su burbuja, sin miedo, somos buena gente, algo gorditos, pero buena gente.
