Es
curioso comprobar la cantidad de antipatías que ha creado la marcha del pasado
día 22. Es curioso leer, escuchar a personas que como en mi caso por ejemplo,
les dejan mensajes un tanto extraños, mensajes de personas que como yo se hayan
buscando empleo, son capaces de defender a este gobierno porque salió vencedor
en las urnas, son capaces de escribir que a ellos nos les hace falta ninguna
marcha que ya si eso se buscan la vida.
A
estas personas me gustaría decirles desde el respeto “que haya ellos” que el
individualismo hoy por hoy no funciona, que para conseguir algo uno debe
manifestarse, debe hacerse oír, debe reclamar sus derechos, debe ser SOLIDARIO,
y aunque es una frase bastante manida “la unión hace la fuerza”.
No
era una marcha de extrema izquierda como quieren hacernos creer, tampoco una
marcha de extrema derecha (…que repeluqui) éramos cerca de dos millones
de personas, que nos manifestábamos pacíficamente por los latigazos que estamos
recibiendo casi a diario por puñado de
mandamases. Siempre pacíficamente, siempre respetando a la persona de al lado,
siempre respetando las zonas verdes, siempre pacíficamente.
Pero
de repente un grupo de “desalmados” hablan de extremistas, para mí que esos no
tienen ni puta idea de nada, bueno si, saben pegar, saben dar patadas, saben
apedrear, saben cómo hacer que una Manifestación con éxito pase a ser uno de
los peores episodios pase a ser una gran escabechina, pase a ser un “punto, set
y partido” para el equipo de este gobierno.
Si,
efectivamente “punto, set y partido” para el gobierno, porque con la actuación
de estos “desalmados” se ha perdido toda la información sobre la marcha, nadie
habla del porque no encontrábamos allí, nadie habla de la cantidad de gente que
pacíficamente estuvimos reclamando nuestros derechos, estuvimos chillando “si se puede”, nadie habla de la cantidad de
familias, de la cantidad de gente joven y mayor que sostenían pancartas
(educación, sanidad, preferentes, hipotecas, trabajo, etc), nadie habla del
ambiente tan cordial que se percibía, no, sólo se habló y continua hablándose
de estos desgraciados que pagados o enviados por vete tú a saber por quién,
reventaron la Marcha, dándole una oportunidad de “oro” a el gobierno de la
Comunidad, así como al Ayuntamiento de Madrid.
Ya
lo veis, dentro de poco, por no decir YA serán ellos, los que nos digan dónde,
cuando, a qué hora y aforo (para esto
último, seguro que lo controlan de maravilla) podremos manifestarnos.
Y
yo que soy muy mal pensada, lo reconozco, me pregunto si no habrá algo detrás
de todos estos desalmados, huele a Botella (bueno quién dice Botella, sabe que
hablo de
Fray
Gallardón) pero, me huele más a
Cifuentes, recuerdo que hace más o menos dos años dijo, que no podían consentirse
tantísimas Manifestaciones que venían haciéndose en el centro de Madrid.
Si,
si que soy mal pensada, porque mira tú por dónde, les ha salido casi “rodadito”
para tener más fuerza todavía y así, aprobar La Ley de Seguridad Ciudadana,
fíjate tu por donde, ella, la Cifuentes con esa carita de no haber roto un
plato, dice ahora que se ha enterado a través de la prensa de la propuesta de
la Botella ósea de Fray Gallardón y ella pobre, se entera a través de un
teletipo, ¡¡vaya por Dios!!, ande luego,
como son ehhhh.
Me
parece indignante que en los tiempos en los que estamos viviendo, traten de
crear una Ley como esa y encima con malas artes. Tratando de hacer creer a la
gente que manifestarse, reivindicar, puede traerles consecuencias. Me indigna
que traten de prohibirnos que nos reunamos en la calle y al mismo tiempo me
gustaría hacerles una pregunta ¿qué será
lo próximo señora alcaldesa?, ¿qué será lo próximo señora delegada del gobierno?.
Quizá
desgraciadamente muy pronto, envíen ustedes a una patrulla para dispersar a los
grupos de mamas que se quedan de palique en la puerta del cole, o quizá envíen
ustedes a la patrulla a los parques para dispersar a los grupos de personas que
tranquilamente pasan un rato jugando a la petanca.
Pero
yo, seguiré manifestándome, seguiré diciendo “si
se puede”, donde me
puedan escuchar, donde me puedan ver, no creo de ninguna de las maneras que se
genere ningún tipo de daños colaterales como dice nuestra Alcaldesa (que por lo
visto, ha vuelto a su antiguo peluquero) vivimos todavía en un país democrático,
o eso creo.
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