Hace unos días leía un artículo en el que una joven, casi una niña, hablaba que había plantado cara a la vida y que por fin ha conseguido ser feliz. Al terminar dicho relato, suspire y pensé (porque cuando pienso y hablo soy un poco macarilla) “pa ti la vida, chavala” pensé que a su corta edad, le debían haber pasado muchas cosas y algunas no demasiado buenas, pensé de nuevo “pa ti la vida, chavala, me das una envidia que no veas”.
A decir verdad, ya no me acordaba del artículo, cuando hace unas pocas tardes y tomando un cafelito en casa de mi madre, salió el tema el dinero NO da la Felicidad, sólo ayuda, Tata, me dijo mi hermana, y como siempre me rebatía mi opinión con casos extremos, vale, vale, en esos casos que dices, le dije, tienes razón, aunque cuando me dirigía a mi coche, me dije, pues yo creo que El dinero ¡¡SI!! da la felicidad
Dentro de mi vehículo, empecé a llenarme de razones de porque El dinero ¡¡SI!! da la felicidad, empecé a decir en voz alta (casi siempre pienso en voz alta cuando conduzco, otros cantan, a veces yo también) entonces ¿por qué la gente es ahora tan desgraciada? ¿por qué el color de nuestra cara y cuerpo se ha vuelto tan gris?.
Y vuelvo a decir (en alto claro está) será porque no tememos demasiados recursos, no hay trabajo, si te ofrecen un trabajo (el que tiene suerte) son en condiciones leoninas, ¿cómo vamos a pagar la Sanidad? ¿cómo pagaremos los estudios de nuestros chic@s? ¿cómo pagaremos nuestras viviendas, que algunas de ellas, están ya requetepagadas? ¿cómo pasaran muchas familias las fiestas de navidad? ¿qué cenaran? ¿Dónde dormirán? ¿vendrán este años los Reyes Magos a sus casas?
Llego a mi casa y empiezo a subir los cuatro pisos que hay hasta mi vivienda (a ver si de una vez pensamos en poner el ascensor, pienso cada vez que subo) pero a la vez me pregunto ¿puedo YO, permitirme pagar las obras de tal instalación?, es mucho dinero, me digo, mientras sigo subiendo las malditas escaleras y digo malditas porque hay días en que se hacen interminables, más cuando voy algo cargada.
El otro día escuchaba a una tal Pilar Gómez una de las tertuliana de al Rojo Vivo, que decía que no estaba mal los salarios que ahora se estaban ofreciendo, venía a decir más o menos, que no podíamos quejarnos, y entonces fue cuando la busque en internet y por lo menos esta tipa tiene tres trabajos sólo de colaboradora, a final de mes debe ganar una “señora pasta”, seguramente si tiene hijos que no lo sé, ni me interesa, los llevara a un buen colegio, tendrán sanidad privada por supuesto y vivirá en un casoplon. Podrá salir de compras navideñas, podrá ser feliz junto con seres más queridos adornando el árbol y el belén, hará fotos con su móvil en la función de navidad de sus hijos, incluso los alentará para que pidan el aguinaldo a los abuelos.
Sin embargo, habrá otros como cité anteriormente que las pasaran canutas, porque a lo mejor están trabajando pero quizá les han bajado el salario un 40%, habrá personas que dependan como yo de un subsidio de 466 euros durante seis meses, habrá algunos que no tengan ni eso. Me gustaría preguntarle a Pilar, ¿cómo le explicaría a los hijos de estas familias que este año los Reyes Magos, se han olvidado de pasar por su casa? ¿Por qué este año no hay una bandeja de turrón en casa? ¿Por qué mamá no tiene ganas de poner el belén? ¿Por qué esa noche, como casi todas tienen que ir a comer/cenar a el comedor Social del barrio. ¿Por qué mamá y papá tienen que dormir en casas separadas?
Decididamente, os pongáis como os pongáis El dinero ¡¡SI!! da la felicidad, a lo mejor y sólo a lo mejor, en otra época en otro tiempo, fue cierto que ayudaba, pero ahora estoy segura El dinero ¡¡SI!! da la felicidad, da igual lo que penséis de mi, superficial, frívola, pueril pues a lo mejor. Pero como dice el refrán “Poderoso caballero es don dinero".
Y termino dirigiéndome a Paula (autora del artículo) y a mi hermana os deseo a la primera y que no conozco, que sigas siendo muy FELIZ, te lo deseo de todo corazón, que sigas plantando cara a la vida, sabes una cosa, a lo mejor es lo que nos hace falta, dejarnos de tanta literatura, charloteo y echarle un par de narices. A mi queridísima hermana, una de mis compañeras de “fatigas” insistirle en que aquí y ahora El dinero ¡¡SI!! da la felicidad, digas lo que digas, es así, ojala pudiera ser tan optimista como vosotras, ojala pudiera abrir mente, ojala pudiera mirar positivamente todo lo bueno que tengo a mi alrededor (que es mucho) pero ahora, me es imposible, veo caras tristes, caras grises, caras casi sin expresión, definitivamente no puedo.
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