Casi son las doce de la mañana, y
todavía, uno se puede sentar en un banco
a tomar el “solete” en la cara. Está rozando casi el mediodía y como de
costumbre el grupo de “pre-jubilados” sigue con su partida de cartas en el
parque, no chillan, no se enfadan, de vez en cuando se escucha alguna que otra
risa socarrona ¡¡Órdago!! ¡¡Quiero!!
dice la parte contraria. Está vez, se escuchan risas, esta vez, sí que alzan la voz:
…Que potra, sólo tenían juego, joder que potra, y hemos caído como unos pardillos.
La partida se da por finalizada,
pero esta vez no se levantan, recogen las cartas, amarracos y tapete verde,
pero ninguno de los cuatro se mueve del sitio. Uno de ellos se incorpora un
poco y saca un periódico de debajo de su
trasero y abriéndolo les dice a sus colegas de mus, ¿esto es a lo que te referías Jesús? Este saca sus gafas de cerca y mirando el diario afirma. Si. Este era compañero mío de
sindicato. ¡Qué cabrón!, dice, mientras
se quita las gafas, ¡qué cabrón!,
repite. El grupo de mus sigue en su sitio, no se mueven parece no tener prisa
en volver a sus casas.
Pablo prejubilado del BBVA y de
los cuatro el más de derechas, es la pareja de mus de Jesús también prejubilado y militante desde
siempre del Sindicato de los Trabajadores.
Son buenos amigos a pesar de sus
diferencias políticas, les gusta discutir y discuten de todo, sus otros dos
colegas de juego siempre están distrayéndolos con temas de actualidad política
para que no se centren demasiado en el juego. Y siempre lo consiguen. No
siempre ganan.
Pero hoy es diferente, hoy a
saltado el notición, Tarjetas Black, de nuevo la corrupción, de nuevo otro escándalo,
de nuevo otra causa de defender pero esta vez indefendible por ambas partes.
Bueno, Jesús ¿qué te parece, lo que han hecho tus amigos del Sindicato?,
Jesús no le queda otra que callar (de momento) y volver a mirar el periódico.
Pablo tampoco dice nada, espera la reacción de su “colega de mus”, que no deja
de leer el periódico.
Esto es una vergüenza, nos han robado a todos, se han reído de todos, dice Jesús sin dejar de mirar el periódico, sinvergüenzas, vuelve a repetir. No tenéis derecho a nada, termina
diciendo.
Pablo, es el único que se atreve
hablar, después de las palabras de su “colega de mus”, y mientras ofrece un
cigarro al grupo le pregunta ¿Qué crees, que les va a pasar?.
Jesús, que hace algún tiempo que
ha dejado de fumar, acepta un pitillo que le ofrece su “colega”, a la vez que
comenta, no lo sé, seguramente les hagan
devolver el dinero, les destituyan de sus cargos y “santas pascuas” termina diciendo. Pero,
Pablo aprieta un poco más y le pregunta
mientras enciende el mechero y le ofrece lumbre.
¿Dinos, y tú qué harías con ellos?, Jesús enciende el cigarro y
mirando a sus interlocutores, les dice, yo,
les quitaba todo, explícate, volvió de
decir Pablo.
¡¡Todo!!, repitió Jesús, veréis,
y dando una larga calada al cigarro dijo:
Lo primero que haría, es que devolvieran todo. ¡¡Todo!! dijo Pablo, te
recuerdo que algunos gastos han prescrito, volvió a decir su colega de mus.
¿Y? volvió a decir Jesús, mirándole a
los ojos. Es dinero de gente que ha
estado muchos años ahorrando, de gente trabajadora que ha confiado en ellos,
Pablo, se lo han gastado, se han reído ellos, para mí eso no prescribe.
Pero te voy a decir más, volvió de decir Jesús, ese dinero lo tendrían que devolver con
intereses, ¡¡venga ya!! dijo Pablo, ¿intereses? repitió. Si, amigo mío, intereses. Pero ¿estás loco?, intervino de nuevo. ¿En base a qué?, pregunto.
Pues a lo que ese dinero hubiera generado en la cuenta de cada
ahorrador, ¡¡anda ya!!, grito Pablo,
me sigue pareciendo una locura, ¿locura?
repitió Jesús. No, no es ninguna locura.
Locura es que estos gañanes se vayan de rositas, que devuelvan lo que
ellos crean conveniente y “aquí no ha pasado nada”. Locura es que haya gente
estafada por ellos mismos y que se permitan el lujo de agredirles diciéndoles que
el problema es suyo, sino han sabido leer la letra pequeña. Locura es que, estos sinvergüenzas , no han tenido ningún tipo de escrúpulos, en quitarles sus casas a
personas que no han podido hacer frente a los pagos, mientras ellos se lo
gastaban en ...vete tú a saber.
Pablo, deberían ir a la cárcel, deberían quitarles todos sus bienes, y
aunque estuviera a nombre de sus esposas, hijos, tendrían que ir contra ellos y
quitárselo también, Te recuerdo que si un hijo tuyo o algún familiar pidiera un
préstamo y no lo pagará por alguna circunstancia irían contra ti, si tu tampoco
pudieras pagar, irían contra algún
familiar tuyo, el banco, como tu bien sabes, nunca pierde. Deberían recibir un
buen escarmiento, deberían saber qué es lo que siente cuando uno no tiene un
techo donde dormir, deberían saber, lo que se siente cuando crees que tienes un
dinero ahorrado y se lo han gastado en tarjetas black.
¿Locura?, no, Pablo, sería lo correcto.
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