domingo, 20 de enero de 2013

SEGUNDA PARTE.- BATACAZO


Deseando salir de allí porque quizá no quieres ver la realidad en la que estas te encuentras desde hace poco tiempo, quizá porque te vienen a la cabeza la PRIMERA vez que pisaste “esa oficina” y las lagrimas que aguantaste como una campeona, te quieres ir, te quieres marchar, no quieres ver a más personas que están igual,  o quizá peor que tu, no quieres ver caras tristes, caras que te miran y te sonríen pero con es tristeza en sus ojos, quieres marcharte, no, no, tu no eres como ellos, no, no, me quiero marchar, pero la “tonta bondadosa” me retiene un poco más, me mira, y dice, ya sabéis, bajito muy bajito …Tienes la peor edad que en estos momentos se puede tener” eres muy joven para tramitar la ayuda de los 55 años y muy mayor para encontrar trabajo, así del tiron (con asertividad, si señor) pero,  no te preocupes sigue diciendo, bajito muy bajito, buscaremos alguna solución.

Hecho los hombros para detrás, me quito las gafas y ésta vez, soy yo  la que lentamente busco la funda de las misma y las meto en mi bolso.  La miro y con la cabeza le hago la señal de “afirmativo, recibido, cambio y corto”.

Sales de las oficinas modernas donde las haya, y llenas de gente también y te diriges hacia ¿donde?, lo único que quieres es echar andar. Dicen que el cerebro, corazón y estomago están íntimamente relacionados en cuanto a las sensaciones y sentimientos y a mi,  el estomago se me acaba de averiar y no es cosa de un fusible, no, no  soy capaz de trasmitir nada positivo ni al cerebro ni al corazón, sólo vacío.

Me enciendo un cigarro en la calle y vuelvo a echar los hombros hacia atrás, no pasa nada, me digo, empiezo andar hacia casa, mentalmente empiezo a relatarme  una serie de razonamientos que tendrían que valerme, que tendrían que animarme, pero no lo consigo, y sigo andando hacia casa, el corazón se acelera cada vez más, noto como un hormigueo en las manos, decido pararme un par de minutos y en ese momento en ese mismo instante, pienso tu también tienes derecho a tu momento de duelo, tu también tienes derecho a compadecerte un ratito de ti misma, recuerda  la otra vez no te lo permitiste y eso si que fue DURO Aurorita, así que tengamos nuestro momento de duelo.

Este momento no debe durar mucho Aurorita, debemos, empieza a decirme el cerebro (o celebro como decía mi vecina) no dispersarnos mucho (tu deporte favorito, me recuerda) y ahí es cuando  empiezo a reírme para mis adentros, llegando a casa me acuerdo de la “tonta bondadosa”, del listillo de la fila,  ese que tiene ganas de hablar y que entiende de todo y empieza a mirar y a mirar hasta que da contigo porque debo llevar en la frente “háblame te escucho” no para y empieza a comentarte que si el subsidio de no se qué, que si los acuerdos de no se cuanto y yo en mi línea me pongo en OFF y aguantar el chaparrón hasta que llegamos a la puerta y cada uno tira para un lado diferente.

Cómo me dice un buen amigo, ….que bien te lo pasas Aurora, él puso autorización, pero porque todavía no debe controlar muy bien el Iphone 5, y mejor que me lo voy a pasar, le contesto. Lo voy a conseguir,  dicen a que la tercera va la vencida y yo ya llevo dos,  así que la próxima es la DEFINITIVA.

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