Ahora ya vestido con
su frac, no era capaz de mirarse al
espejo, se sentía ridículo, aunque su madre no hiciera más que decirle que
estaba hecho un pincel.
No quería pasar por el altar, no quería convites, tampoco
quería orquesta, ya lo había hablado con Susana, sería una boda sencilla.
Pero poco a poco y sin darse cuenta fue cediendo, hasta diseño los tarjetones de boda, contrato
el catering y busco la orquesta más hortera y cotizada en ese momento.
Ahora ya vestido no había vuelta atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario