Hace ya algún tiempo, que el Ramón y Cajal ya no tiene secretos para mis hermanos y para mi, hace ya algún tiempo que la Neurología, para nosotros no tiene secretos tampoco, entendemos de carótidas, entendemos de doppler, entendemos de stent, entendemos de tratamientos.
Es una enfermedad traicionera, no avisa, no sientes nada, en mi caso la última vez que paso, ella, empezó a gesticular, moviendo mucho los ojos y a estrujarse las manos, pero no se sentía mal. Una vez en urgencias, nos dijeron que fue otro pequeño infarto cerebral, las carótidas sobre todo la derecha ya había dado todo lo que daba de sí, decidiendo, implantarla el stent, aunque era mayor, tenía una buena salud y el único fallo que tenía era ese, el stent la iba a dar calidad de vida. El tema se complico y los médicos (cardiólogo y neurólogo) se asustaron lo que pensaban que iba a ser una pequeña intervención fue algo más . Pero ella resistió y salió adelante.
Después del susto, nos dieron el alta, pasando nuestras revisiones (doppler, consultas etc., etc), con un trato siempre correcto y cariñoso hacia ella.
Hace apenas quince días, teníamos otra de las revisiones, todo va yendo bien, están contentos con ella, y nos dicen, como de costumbre, que pidamos cita para dentro de un par de meses para realizarla otro doppler y ver cómo va la otra carótida.
Salimos al mostrador a solicitar dicha cita, la secretaría no dice que no hay fechas disponibles, yo la sonrío y respondo que no pasa nada, podemos esperar hasta que pase el verano, que es una prueba rutinaria, ella me mira de nuevo y me contesta que la agenda está ya cerrada que la prueba tendrán que realizársela en enero y que no puede darnos cita porque todavía no la han abierto.
Justo detrás de mí se encontraba el médico que la trata y desde mi oreja derecha escucho su voz diciendo, eso no puede ser, mire bien, la secretaría algo nerviosa, contesta de nuevo que no hay fechas disponibles. Pues habrá que hacerla una hueco, vuelve a decir el especialista, saliendo disparado al ascensor. La secretaría nos indica que subamos a la quinta planta Neurología y que allí hablemos directamente con el jefe médico y que nos indique que hacer.
Mi hermana y yo nos miramos y no podíamos creer lo que estaba sucediendo, no hay fechas disponibles, le repetí a mi hermana, y estamos a principios de Agosto, ¡¡increible!!, me voy a la quinta, le dije. Cuando subí a la planta me dirigí al despacho donde los médicos se reúnen y les conté lo que nos había pasado, recalcando que siguiendo las instrucciones de su compañero, había que hacerle un hueco a mi madre, para que la hicieran la prueba lo más rápido posible.
Salimos de allí, con la garantía que la prueba se la iba a realizar dentro de unos meses, de hecho, tenemos ya la comunicación vía SMS.
Y ahora, os preguntaréis a que viene todo esto, pues francamente a lo que nos tiene a todos en vilo o por lo menos, a mí, me estoy refiriendo al sacerdote Miguel Pajares, me estoy refiriendo a que la entrada de este hombre en España, nos puede traer PROBLEMAS muy gordos, me estoy refiriendo a la infraestructura del viaje, me estoy refiriendo que han dejado un hospital, perdón un planta para su curación (si la hay).
Quiero que se me entienda, a lo mejor es el miedo el que habla en estos momentos, a lo mejor es la rabia de los medios que se han puesto a disposición de esta persona, a lo mejor es incapacidad para decir, NO, ahora mismo este país no puede permitirse esos lujos, a lo mejor me estoy refiriendo a que ese hospital puntero en especialidades de enfermedades contagiosas se cerró, por falta de medios, convirtiéndolo en un geriátrico y ahora por arte y magia se ha vuelto abrir para esta persona.
Es cierto que es un caso de humanidad, es cierto que es un caso del que se habrá hablado en casi todo el mundo, nos hemos puesto a la altura de EEUU, ¡¡¡biennn!!!, supongo que este gobierno habrá dicho “si los yankis pueden nosotros también”.
No me importa en demasía si EEUU puede permitirse ese lujo, pero lo que si tengo claro es que nosotros NO podemos, llamarme insolidaria, mujer sin corazón, me da igual, y así lo escribo, cuando hay personas en este país, que tienen enfermedades de las que llaman “raras” y el único recurso que les queda es salir a la calle, salir en las televisiones para recaudar fondos para sus hijos y llevárselos fuera, cuando hay gente que necesita un tratamiento y se ve abocado a dejarlo por falta de medios económicos, cuando hay personas impedidas que necesitan atención y no la encuentran por no disponer de medios económicos, cuando hay muchísima gente, pero cuando digo muchísima es muchísima, que está esperando a que le operen, que está esperando a que le hagan una simple prueba rutinaria, encontrándose que cada vez disponen de menos medios, que cada vez se dispone de menos personal, para mí, no es justo de ninguna de las maneras.
Él es una persona, de acuerdo, hay que ayudarle y poner todos los medios disponibles para su curación, claro que sí, pero él pertenece al “clero”, el lleva trabajando para esa empresa cincuenta años y está puede y debe permitirse ese “lujo” ( perdón, por la palabra "lujo" pero es así) la IGLESIA, se lo debe. Ella dispone de muchísimos medios, me atrevo a decir que mas que nosotros, repito, puede y debería hacer estas cosas.
Pido de nuevo perdón, pero me parece tan injusto, aparte de ser una temeridad por parte de nuestro gobierno. No sabemos nada del Ebola, al menos yo, se que mata, sé que no hay cura, sé que uno se muere en cuestión de días, alarmista, pues a lo mejor.
No soy una persona insolidaria, no lo soy, no me juzguéis mal, soy buena gente, de verdad, pero ante estas cosas, no puedo, se me remueve algo por dentro, que tengo que sacarlo, así que, lo escribo y sé, que es el sentimiento de mucha gente, aunque no lo digan, y sé que estamos todos muy preocupados aunque tampoco lo digamos. Ese es el problema de este país que seguimos sin decir nada.
Pues quizás tengas razon el despliegue fue como el de las peliculas de los americanos, parece ser que el avion utilizado es el usa Rajoy si es cierto quiro ver si lo volverá a utilizar
ResponderEliminarA mi, lo que me gustaría saber, es el dineral que nos ha costado.
ResponderEliminarGracias por leerle.
En fin, los milagros no existen. El antídoto de los yankis, no ha surtido el efecto esperado.
ResponderEliminarSupongo que, como casi todos los casos en lo que el enfermo muere y no querer reconocer de lo que ha muerto, el parte médico dirá, que además de está enfermedad tenía una gran dolencia cardíaca que fue lo que acabo con su vida.
Mi más sentido pésame.