sábado, 7 de junio de 2014

INVISIBLES



Esta es la historia de dos amigas, esta es la historia de dos mujeres, esta es la historia de la experiencia. Esta es la historia de dos INVISIBLES más.

Alicia y Yolanda se conocen desde hace décadas, Alicia con sus recién cumplidos 51 años, lleva más de año y medio sin trabajar, Yolanda con sus 56 acaba de quedarse en paro.

Aunque amigas, no son de las que se ven demasiado, pueden estar meses sin verse, pero cuando quedan, pareciese que hubieran estado juntas todos los días, se llevan bien, nunca se reprochan nada, quizá Yolanda, por no verse más menudo.

Ayer mismo estuvieron hablando por teléfono, Yolanda, no lo está pasando demasiado bien, a ella como a Alicia, le gusta trabajar, necesita sentirse útil, y desde hace un mes, le han enviado a casa, de muy buenas maneras, con mucho cariño, pero le han enviado a casa. Alicia por su parte trata de entenderla, trata de comprenderla, trata de hablarle de la manera más afectuosa que puede, ya que ella sabe que por mucho que le diga, por muchas ilusiones que Yolanda quiera hacerse (en buscar un nuevo empleo) Alicia sabe que ya son INVISIBLES, que lo que toca ahora es saber administrarse, que lo que toca ahora es aprender a vivir de otra manera, que lo que toca ahora es aprender a sacrificarse.

Yolanda le habla de su situación económica, se agobia, se pone nerviosa, repite una y otra vez que terminara viviendo de la caridad de su familia, repite que debe hacer recortes en su economía, y vuelve a agobiarse. Tranquila le dice Alicia, ella sabe perfectamente por lo que está pasando su amiga, ella sabe que tendrá noches en el que se despierte con la misma cantinela, habrá días enteros en los que se pregunte ¿Qué va a pasar conmigo?.

Alicia, con el auricular en su oreja sigue afirmando con la cabeza, sigue tratando de calmar a su amiga, la oye, pero no la escucha. No sabe. como decirle a su amiga que deberá aprender a administrarse, no sabe, como decirle a su amiga que por muchas ofertas en las que se apunte, por muchos CV que deje, la desestimarán (…es demasiado mayor, tiene demasiada experiencia, necesitamos caras más jóvenes), no sabe, como decirle a su amiga que cuando vaya a la oficina de desempleo le hablarán de ayudas, le dirán que a su edad no lo tendrá tan complicado, que tendrá que dar casi las gracias, por tener la edad que tiene, ya que enseguida pasará a tener una ayuda hasta que se pueda jubilar, no sabe, como decirle a su amiga, que cuando vaya la orientadora laboral, cuando explique cómo está buscando empleo, lo único que le dirán, hay poco trabajo y el poco que hay, no es para vosotros, lo importante es que los jóvenes empiecen a trabajar, no sabe, como decirle a su amiga que está en tierra de nadie que para esta sociedad es INVISIBLE.

Alicia con el auricular en su oreja, sigue pensando que trataran de convencerla que la única salida, es que sea una emprendedora, y vuelve a repetir ¿emprendedora de qué? Yolanda sigue lamentándose, sigue hablando de las horas libres que tiene, sigue hablando y lamentándose de lo injusta que es la vida, mientras Alicia, callada sigue pensando quien habrá sido el artífice de esa palabreja, que tan de moda se ha puesto.

Nos engañan, se dice a sí misma, mientras sigue calmando a su amiga, no saben qué hacer con nosotros y ponen de moda la palabrita de marras. Hay que ser emprendedor vosotros aportáis una gran experiencia y lo escriben en letras bien grandes, aportáis muchos conocimientos, debéis seguir adelante, debéis emprender y dejar de soñar con una nómina, eso es una utopía. Hay que atreverse con las nuevas tecnologías, continua diciendo, hay que modernizarse y seguir con los tiempos, hay que seguir adelante, concluye el “vende humo” de turno.

Alicia sigue con el auricular en la oreja, continua oyendo, continua sin escuchar a su amiga, y recuerda lo que ella le contesto a este individuo, exponiéndole sin ningún tipo de tapujo su situación y la de algunos más y recuerda la gran cantidad de personas que se sumaron a su comentario, y recuerda la cantidad de personas que tras ese post llegaron a la misma conclusión SOMOS INVISIBLES.

Yolanda parece más tranquila, parece que se ha desahogado del todo y le dice a su amiga que cuando van a verse, Alicia sonríe y contesta cuando quieras, ahora lo que nos sobra es tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario