Hace unos días, recibí una carta
de la Comunidad de Madrid, al principio me puse algo tensa, me dije, a ver que
hay que pagar ahora, pero por suerte me confundí, era una citación para
realizarme una mamografía, ya que por mi edad 50, entro en el grupo de riesgo.
Me citaban en una clínica privada
en uno de los barrios más rancios de Madrid,
lo que me extraño un poco, pero pensé que sería algo concertado con
ellos.
Una vez en la consulta, me dirijo
a una de las recepcionistas y les comento que tengo cita para hacerme una
mamografía, amablemente me pregunta mi nombre y apellido, se miran entre si y
amablemente de nuevo me preguntan mi segundo apellido, esto ya me empieza a
sonar algo raro pues no tengo un nombre común
(Aurora) aunque lo apellidos sí que lo son, les dije de manera muy
correcta e intentando que no se pusieran demasiado nerviosas ya que el ratón del ordenador no hacía que moverse de
un lado a otro ¿Qué cuantas Aurora López Rodríguez, tenían citadas para ese
día? Ellas se miraron y las tres sonreímos. Pero no me encontraban en su
agenda, una de ellas me pregunto el
nombre de médico que iba atenderme, y entonces fue cuando le conté que iba
hacerme la prueba a través de la Comunidad de Madrid.
Fue entonces cuando una vez más se miraron y una de ellas con un
“careto serio”, me dijo:
-No es aquí, tiene que salir de
la consulta, bajar por las escaleras y salir a la calle, al lado se encuentra
el parking, da la vuelta y encontrara la puerta de servicio, es allí donde a
usted la realizaran la prueba.
Les di las gracias y mire a la
clientela que nos estaba observando y salí de allí, siguiendo las instrucciones
que la recepcionista me había dado.
La atención técnica, fue
exquisita, no miento, la persona que me realizo la prueba no pudo estar más
simpática y cariñosa (notó que estaba algo nerviosa) y una vez realizada la
prueba me dijeron: vístase y se espere a que le digamos si puede marcharse o
no, encerrada en la cabina oigo la voz de otra persona que dice puede vestirse
y marcharse, todo está bien, recibirá un
informe en su domicilio.
Me apresuro a vestirme y salgo
por la puerta de servicio para más tarde salir hacia el parking y así llegar a
la calle. A decir verdad, salgo tranquila, todo va bien, me digo.
Pero una vez pasados los nervios por
haber pasado la prueba sin problemas, empiezo a recapacitar sobre lo que me ha
sucedido, en mi cabeza solo revolotea la
frase “por la puerta de servicio, por favor”, me siento mal, pensé que en esta
época eso ya no se llevaba, pero una vez más me equivocaba.
Decido que en vez de coger el
transporte público, haré mi camino a casa andando (me gusta caminar), así que
una vez en camino, paso por el Gregorio Marañon, paso por la maternidad Santa Cristina y por el Hospital de la Beneficencia me
pareció leer, observo gente y gente saliendo de dichos Hospitales, con sus radiografías
e informes en las manos, otros salían
con muletas, a otros les esperaba una ambulancia.
Y continúe andando, y continúe
pensando, que ahora todas estas personas que entraban por las puertas
principales de tales Hospitales, ¿qué tiempo les quedaría para hacerles pasar
por las puertas de atrás o de servicio?
Y continúe pensando que si el
gobierno sigue con los recortes y con ESA idea de privatizar parte de los Hospitales, las
empresas Concesionarias que se hagan con la GESTIÓN de estos Hospitales, no
tardará en sustituir la tarjeta de sanitaria por la tarjeta de crédito,
comprobando primero que tenga fondos para más tarde darte la atención
necesaria, ya no serán los facultativos los que decidan operar o hacer una analítica
o radiografía, será la empresa Concesionaria la que de él ¡¡OK!! a la pruebas
(cuestión del crédito de tu tarjeta).
Las empresas Concesionarias y
este nuestro gobierno que gano por una inmensa mayoría(os recuerdo), creará
como en la educación un ciudadano de primera y un ciudadano que deberá pasar
por la puerta de atrás, sin hacer demasiado ruido, donde las habitaciones serán
corredores larguísimos con hileras de camas a ambos lados del mismo. Donde se
mezclaran todo tipo de cuadros médicos ¿por qué no?, demasiado estamos haciendo
dirá la Administración del Hospital, si no tienen donde caerse muertos.
Me da miedo pensar que podríamos,
parecernos en esto también a EEUU, si tienes dinero sales adelante si no te
mueres de asco, me da miedo pensar que una persona no pueda acercarse al
Hospital con su niño con una fiebre bestial, por no cumplir los requisitos
necesarios impuestos por la empresa Concesionaria.
Con Salud Pública no se juega, hablamos de personas,
hablamos de vida, hablamos de muerte también, pero ambas que sean dignas, que
no lleguemos a hacer realidad lo de las PUERTAS DE ATRÁS, que aunque en otras
cosas, nunca podamos ser iguales, que en cuestiones como en la Educación, como
en la Sanidad si lo seamos, repito, somos hombres y mujeres con idénticos
derechos y obligaciones (esta última algunos más que otros).
No dejemos a esta gente que juegue
con nuestras vidas, que sean ellos los que decidan, en este país, tenemos magníficos
profesionales que saben realizar su labor, que saben tratarnos como a personas,
sin importarles sin tenemos dinero o no, dejarlos trabajar, dejarlos que ellos
sean los que sigan gestionando las instalaciones hospitalarias, dejarlos que
nos sigan tratando como a seres humanos.
Gracias per escribir algo tan bonito.
ResponderEliminarestoy totalmente de acuerdo, para quitarles todo razonamiento a quienes quieren privatizar, debemos evitar nuestros abusos, denunciar a aquellos de los nuestros que los cometan y saber que la culpa de los polìticos no es la nuestra, pero la culpa de los ciudadanos que abusamos sì. regeneremos la polìtica, la democracia y LA SOCIEDAD.
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